En el momento
que me dijo eso me quedé mirando al móvil con cara de extrañada pero estaba muy
emocionada por lo que me diría.
-¿¡El qué!?
Tía, dímelo ya –Le dije.
-¡TÍA! ¡QUE EN
AGOSTO ME VOY DE VACACIONES A LONDRES UNA SEMANA! ¡Y PODRÉ VERTE!
En ese momento
me puse a saltar encima de la cama con una felicidad enorme. Dejé de saltar por
si Harry se despertaba por mi culpa, entonces me volví a meter en la cama y le
empecé a decir:
-¿¡Y eso!?
-Pues mi padre
tiene una reunión del trabajo allí, y nos ha dicho que si nos gustaría visitar
Londres de mientras que él trabaja. Y obviamente le he dicho que sí.
-Joder tía, me
alegro muchísimo de que vengas. Estoy muy contenta de verdad
-Bueno guapa,
me voy a dormir, que, por si no lo sabes, aquí son las 4:00 de la mañana jajaja
-Ups, es
verdad. Buenas noches guapísima.
Al
despedirnos, puse un tweet diciendo las buenas noches, apagué el móvil y me fui
a dormir.
*Por la
mañana*
-Pipipipipi
El despertador
me saca de quicio. Cada vez que suena me entran ganas de coger el móvil y
estamparlo contra la pared, así me quedaría muy a gusto.
Entonces me
levanté y me quedé sentada en la cama, contemplando esa maravillosa zapatilla
que había delante de mí. Entonces escuché el ruido de la tele, salí de mi
habitación y asomé la cabeza por las escaleras y ahí estaba Harry, sentado en
el sofá, viendo… ¿Bob Esponja? ¿Perdón? Me salió una carcajada enorme y él giró
la cabeza y me vio.
-Anda, ya
estás despierta enana –Me dijo.
-¿Otra vez te
tengo que decir que no me llames enana?
-Pero, ¿qué
tiene de malo que te llame así?
-No tiene nada
de malo, pero no me conoces casi nada y no pega nada que me llames así ahora.
-Pues te
tendré que empezar a conocer, y tú a mí, ¿no? –Me dijo.
-Pero todo a
su tiempo jajajaja –Le dije.
-Vale, vale –Dijo
riéndose.
Bajé hasta la
cocina para desayunar algo, estaba muerta de hambre. En unos minutos me preparé
un Nesquick y tostadas y me puse a comer como una loca. Harry se levantó del
sofá y vino andando lentamente hacia la cocina, se sentó al lado mía y me dijo:
-Nicole –Entonces
le interrumpí y le dije:
-Anda, no me
has llamado enana. ¡MILAGRO!
-Jajajaja, te
voy a hacer caso, prefiero conocerte mejor, y cuando ya te conozca más, te
llamaré enana durante el resto del verano
-Que gracioso
eres –Le dije irónicamente mientras reía –Bueno, ¿qué querías?
-Mi madre ha
llamado hace una hora diciéndome que no van a llegar a casa hasta la noche
-¿¡Hasta la noche!?
¿¡Por qué tan tarde!? –Le dije.
-Porque van a
comer en el hotel, y por la tarde recogen a Gemma de casa de su amiga.
-¿Y qué vamos
a hacer todo el día? ¿Vamos a estar todo el día encerrados sin hacer nada?
-Mmmm… Si
quieres podemos salir al centro a enseñarte Londres, ¿no?
-¿¡Hablas en
serio!? ¿Nos dejarán?
-Pues claro
que nos dejarán. Ya tengo el carnet de conducir y me sé Londres entera, así
que, no hay problema.
Cuando me dijo
eso, me levanté y le di un abrazo sin pensármelo dos veces, y encima, él me dio
otro… Sinceramente, me encantó.
-¿A qué hora
salimos? –Le dije.
-Pues dentro
de una hora si quieres.
-Vale vale, me
voy a duchar.
Entonces subí
las escaleras corriendo para irme a la ducha. Entré en mi habitación y me puse
delante del armario y empecé a pensar: ‘’¿Qué
mierda me pongo yo?’’
Y dándole
vueltas y vueltas y vueltas a la cabeza, por fin encontré algo, aunque sea
demasiado normalito:
Entonces, cogí
la ropa y me metí en el baño a ducharme. De mientras que me lavaba el pelo, me
puse a cantar de lo feliz que estaba y tenía varias razones: Zoe va a venir a
Londres en Agosto, ahora me iba a dar una vuelta al centro, voy a estar todo el
verano con Harry… Lo dicho, que tengo muchísimas razones para estar feliz.
Cuando terminé
de ducharme, me puse la toalla y me empecé a secar el pelo. Me encanta mi pelo,
es rubio con algunos mechones morenos claros, y cuando es verano, los mechones
se me vuelven más rubios. Vaya, que me encanta.
Cuando ya
terminé de secarme el pelo, me empecé a vestir y a maquillarme.
Cuando salí
del baño ya arreglada, vi a Harry vestido con unos vaqueros, una camiseta
blanca y unos zapatos monísimos, y también llevaba en la mano una sudadera.
Bajé abajo y
me dijo:
-Guau, estás
muy guapa ena… Nicole, perdón jajaja
-Ah, me creía
yo que me ibas a llamar otra vez enana. Y por cierto, tú también estás muy
guapo.
-No tanto como
tú –Me dijo con la sonrisa ladeada –Bueno, ¿nos vamos?
-Sí, por
favor.
Entonces Harry
me abrió la puerta y me dejó pasar. Cerró la puerta y le dio a un botón de sus
llaves y escuché el ruido de un garaje y… ¡Madre mía, que pedazo de coche! Es
un Mercedes precioso, me quedé boquiabierta.
-Bonito ¿eh? –Me
dijo.
-Joder, es
precioso, ¿y este es tu coche?
-Sí, me lo
compraron nada más sacarme el carnet. Bueno, ¿subes?
-Claro
Me abrió la
puerta de su precioso Mercedes y me hizo la señal para que subiera. Me subí en
el coche y me cerró la puerta. Le dio la vuelta al coche y se subió también.
Arrancó el
coche y puso la música a todo volumen, yo estaba flipando y cantando al ritmo
de la música. Me sentía muy libre al montarme en el coche, me daba el viento en
la cara, estaba escuchando música, y tenía a Harry al lado. No podría estar
mejor. En ese momento, Harry bajó el volumen de la música y me preguntó:
-¿Estás
impaciente por llegar?
-Joder, muy
impaciente. Nunca he visitado Londres, y pensar que en menos de 5 minutos
estaré pisando ese suelo… No me lo creo jajajaja
Entonces,
Harry volvió a subir el volumen de la música y se puso las gafas de sol. Él también
me dio unas gafas idénticas a las suyas, eran unas Ray-Ban negras, muy chulas.
Harry se puso
a levantar los brazos como si estuviera en una fiesta, y le grité:
-¡¡Harry!!
¡Ten cuidado!
-Tranquila, te
aseguro que conmigo no te pasará nada. –Me dijo sonriendo. –Oye, coge esa cinta
negra que hay ahí y póntela en los ojos.
Harry me
señaló una cinta negra que había la guantera del coche.
-¿Para qué?
-Calla y
póntela.
Le hice caso y
me puse la cinta. No veía nada de nada, entonces me puse a esperar hasta poder
quitármela.
Ya pasaron 5
minutos y me dijo Harry:
-Nicole,
quítatela ya.
Entonces me la
quité y miré el paisaje y… ¡YA ESTÁBAMOS EN LONDRES! Cuando me quité la venda
vi el Big Ben al lado nuestra y un montón de autobuses de dos pisos y de
cabinas de teléfono rojas. Estaba flipándolo en colores.
-¡Aiii dios
mío! ¡Que estoy en Londres! ¡No me lo creo!
Harry en ese
momento se rió a carcajadas por mi reacción. Es que no me lo podía creer.
-Bueno enana,
ya he aparcado, baja del coche.
Entonces le
miré con cara de enfado y se dio cuenta de que me llamó enana.
-Ups, perdón,
Nicole jajajaja
-Así me gusta –Le
dije con cara vacilante.
Me bajé del
coche, me subí en la acera y dije: Por fin, estoy aquí, en Londres.
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